miércoles, febrero 08, 2006

Crónicas de Asia I


La verdadera historia oculta de porque llegué a estos lejanos países conocidos sólo en los bordes de los mapas, y detalles de la partida.

Voy a hacerla corta: en Mayo del año pasado, vino una delegación de productores y procesadores de cacao de Malasia a conocer el mercado chileno. Nos llamaron de la embajada para hacerles una visita por nuestra humilde fábrica de chocolates (entre otras) y luego regresaron a su respectivo país. En Septiembre llamaron de la embajada otra vez.
-Señorita S.B?
- Sí
- Queríamos invitarla a un seminario sobre el cacao, a realizarse en Malasia, en Enero 2006
- Ah…ehm…claro…y esto tendría un valor de …? (Yo sacaba la cuenta entre los $$$ del pasaje, la estadía , la entrada al seminario)
- No. Usted no me ha comprendido. La estamos INVITANDO. Pasaje, estadía, traslados y comida, corren por cuenta de nosotros.

No le creí. Honestamente, nunca le creí. Le dije que sí a todo, llené los formularios, pero nunca le creí. Hasta que en Diciembre, durante un convulsivo día cercano a Navidad, llegó un sobre con mi pasaje. Y recién entonces, toda esa nebulosa de “realmente iré a Malasia invitada?”, se convirtió en una rotunda verdad. Y por esos mismos días, cayó en mis manos un especial de “Mochileo en Asia” y me obsesioné tanto con la idea de un Vietnam selvático, misterioso y atrasado, que decidí extender mi estadía en dicho país.

Y así fue como antes de que pudiera realmente comprender lo que me estaba pasando, ya estaba despegando en un superavión de 2 pisos, ultralleno, y durante 30 horas surrealistas, ví salir el sol varias veces, tomamos desayuno a las 2 de la mañana y nos dieron almuerzo al anochecer, porque toda esta cuestión del cambio de horario es tremenda y confusa. Sólo entonces me desorienté y me estresé. A pesar de haber partido tranquila a Chile, una semana soportando los encargos del padre (y no olvides de traer varios frutos de cacao, y de aprender las variedades, y de fotografiar todo, entiendes? TODO), los consejos y temores de la madre ( Estás segura que Vietnam es tu destino? Es que la guerra Samy, ese es un país de guerra! Y no hables con extraños, ni aceptes cosas en los aeropuertos. Y llama para que sepamos si estás viva), la sorpresiva y agitada visita de de 5 parientes italianos (el batallón completo), los carretes de despedida de última hora, me estresaron por completo, y aterricé en Malasia totalmente desorientada. Más aún cuando supe que TODA la delegación chilena se había echado para atrás a última hora con la ridícula excusa de las elecciones, y por lo tanto, el grupo internacional quedó compuesto de 3 mexicanos que sólo planeaban como quebrar todas las reglas (véanse los próximos capítulos),dos argentinos que llegaron echando su talla canchera (no faltaba más) “Es que sabés vos cual es el verdadero castechano?El que se habla en Argentina, che!”, 6 brasileros achoclonados igual que si fueran al estadio (y en ese grupo por fin había uno joven y “agradable a la vista”, y una chilena: yo. Y obviamente, la más pendeja. Y para mi desconsuelo, sólo había una mujer más y pertenecía a la patota brasilera.