La mala canción
Prefiero pensar que es el fin de año. Prefiero pensar que fue una canción barata escuchada en un mal momento. Prefiero trabajar 26 horas diarias porque los computadores, las oficinas, las burocracias y sus papeles, no son, ni nunca pretendieron ser más que eso. Prefiero creer en todas las cosas muertas que no pretenden , ni cambian, ni se echan a perder justo cuando mejor se ven. Pensar que soy yo, y que al fin de cuentas, después de tanto tiempo, más valen malos conocidos que buenos por conocer. Porque los buenos tampoco existen. No en estos cuentos. Ni en las fábulas de minutos. Prefiero creer que la literatura surrealista, no tiene ningún significado y que sus íconos sólo funcionan en la lógica de los locos. Prefiero no creer en nada, justo cuando estaba creyendo en todo. Y volver al mismo sitio, y repasar las mismas letras. Repetir una y otra vez, cantar la misma canción, (how much you hate it!), no entender, no pensar, no volver, no culpar, no ver, no estar, no pretender, no esperar, no escuchar y no ser.